sábado, 19 de octubre de 2013

Cerebro y Ordenador, de Antonio Orbe

(Antonio Orbe)

Querido lector de este blog, si buscas un libro para introducirte en la Neurociencia, con precisión, honestidad y sin pedanterías, este es tu libro. Te animo a que lo leas. Lo encontrarás en TAGUS, en edición electrónica (http://www.tagusbooks.com/ebook-cerebro-y-ordenador-ebook/9788415623397/2198392), y merece la pena. Cómpralo. Es un libro asumidamente sencillo y divulgativo pero, a poco que lo vayas leyendo entre líneas, te darás cuenta de que conjuga el bagaje de un informático con la sabiduría de un verdadero neurocientífico.
De Antonio Orbe me interesa especialmente su inteligente crítica a aquellos excesos que, en pocas décadas, parecen querer ver ya un cerebro de silicio o virtual que simule el cerebro biológico con gran detalle. Vayamos al parágrafo titulado "¿Cuándo se simulará el cerebro?" y siguientes.  ¿Podrá simularse el cerebro antes de 2050? D. S. Modha-de IBM- considera que en 2019 dispondremos de una máquina con una potencia equivalente a la del córtex del cerebro humano, es decir, de una capacidad de cálculo de un exaflop. Pero, obviamente, si todavía no sabemos cómo funciona el cerebro, ¿qué haríamos con ese supuesto superordenador, tal y como se pregunta Orbe? El caso es que no solo se va a necesitar potencia de cálculo sino también el desarrollo de nuevas teorías en todos los campos que incidan en el conocimiento del cerebro, desde la Genética hasta la propia Filosofía. Algo que, como es natural, es bastante inconcebible que pueda darse en tan solo 10 lustros, por ejemplo. Magnos proyectos, como el recientemente aprobado "Human Brain"-proyecto estrella de la Unión Europea"-son, por supuesto, muy dignos de interés, pero el caso es que todavía las simulaciones neuronales de las que disponemos, son de una extremada simplicidad. No hablemos, pues, de la descomunal complejidad del conectoma. El propio Orbe menciona cómo aún no disponemos de una simulación completa de las 6.418 sinapsis del diminuto C. Elegans. Sin duda, el reto es fascinante y no cabe duda que la conjunción de los esfuerzos de miles de neurocientíficos absolutamente punteros nos va a reportar muchos beneficios en los próximos años, a todos los niveles: desde el desarrollo de potentes algoritmos informáticos hasta el refinamiento increíble de técnicas de visualización y de laboratorio. Pero aún debemos tener paciencia puesto que es tarea para muchas generaciones.
Como ha sido tarea de Orbe el divulgar de una manera rigurosa pero amigable los secretos del porvenir de la Neurociencia. Enhorabuena, Antonio: has logrado el objetivo. Larga vida a tu libro.

Terremotos y actividad cerebral


¿Por qué hasta hace muy poco ha sido ignorada la actividad arrítmica del cerebro? Se consideraba que era una actividad evidente por sí misma pero carente de interés. En cierto sentido, puro ruido. Pero en los últimos años y a raíz sobre todo del artículo de He y colaboradores, arriba citado, se ha encontrado en esta actividad una estructura temporal compleja en forma de dos bandas de frecuencia distintas, siendo la amplitud de una banda dependiente de la fase de la otra (Kayser, Ermentrout, 2010). En concreto, la amplitud del componente más rápido depende de la fase del más lento. Este tipo de acoplamiento se encuentra también durante la ejecución de tareas. El hecho de que los autores encontrasen que se daba este fenómeno, incluso sin oscilaciones prominentes, da a entender que el mismo es relevante hasta para procesos no cerebrales, tales como terremotos, avalanchas o índices bursátiles. Y así lo comprobaron a través del manejo de amplias bases de datos y de simulaciones. Si tal tipo de acoplamiento será dependiente de regularidades estadísticas de un orden superior, es algo que queda por elucidar. El análisis mediante potenciales de campo implica muchos procesos a diferente escala temporal (desde potenciales postsinápticos hasta trenes de ondas, por ejemplo) pero, en cualquier caso, el estudio de los aspectos arrítmicos de la actividad neuronal masiva puede revelarnos muchas claves sobre las patologías cerebrales.